La autonomía y la autoestima son dos aspectos fundamentales para el bienestar de las personas mayores. La autonomía se refiere a la capacidad de tomar decisiones y realizar actividades por uno mismo, sin depender de otras personas. La autoestima se refiere al valor que uno se da a sí mismo, a su imagen y a su identidad. Ambas se relacionan con la dignidad, el respeto y la calidad de vida de las personas mayores.
Sin embargo, con el paso de los años, la autonomía y la autoestima pueden verse afectadas por diversos factores, como el deterioro físico o cognitivo, la pérdida de roles sociales o familiares, la soledad, el aislamiento, la dependencia, el maltrato o la discriminación. Estos factores pueden generar sentimientos de inutilidad, impotencia, frustración, tristeza, ansiedad o depresión, que a su vez pueden repercutir negativamente en la salud y la felicidad de las personas mayores.
Por eso, es importante fomentar la autonomía y la autoestima de las personas mayores, tanto desde el ámbito familiar como desde el profesional. A continuación, te ofrecemos algunos consejos y recomendaciones para lograrlo.
Reconocer y valorar sus capacidades y logros
Uno de los aspectos más importantes para fomentar la autonomía y la autoestima de las personas mayores es reconocer y valorar sus capacidades y logros, tanto pasados como presentes. Las personas mayores tienen una larga trayectoria vital, llena de experiencias, conocimientos, habilidades y sabiduría, que merecen ser reconocidos y valorados. Además, muchas personas mayores siguen siendo capaces de realizar actividades y tareas, tanto dentro como fuera del hogar, que contribuyen a su bienestar y al de los demás.
Por eso, es importante que las personas mayores se sientan útiles, apreciadas y respetadas por lo que son y por lo que hacen. Para ello, se puede:
- Escuchar activamente sus opiniones, ideas, deseos y necesidades, y tenerlos en cuenta a la hora de tomar decisiones que les afecten.
- Elogiar sus esfuerzos, progresos y resultados, y celebrar sus éxitos, por pequeños que sean.
- Agradecer su colaboración, ayuda y apoyo, y reconocer su papel en la familia, la comunidad o la sociedad.
- Mostrar interés por su historia, sus recuerdos, sus anécdotas, sus aficiones, sus gustos y sus preferencias, y compartirlos con ellos.
- Respetar su ritmo, su estilo y su forma de hacer las cosas, sin imponer, criticar o juzgar.
- Evitar la sobreprotección, la infantilización o la desvalorización, que pueden hacerles sentir inútiles, incapaces o inferiores.
Fomentar su participación e implicación en actividades
Otro aspecto clave para fomentar la autonomía y la autoestima de las personas mayores es fomentar su participación e implicación en actividades que sean de su interés, que les aporten beneficios y que les supongan un reto. Las actividades pueden ser de diversos tipos, como:
- Actividades domésticas: como cocinar, limpiar, ordenar, hacer la compra, cuidar de las plantas o de las mascotas, etc.
- Actividades físicas: como caminar, bailar, hacer gimnasia, practicar algún deporte, etc.
- Actividades cognitivas: como leer, escribir, hacer crucigramas, sudokus, puzzles, juegos de memoria, etc.
- Actividades sociales: como visitar a familiares o amigos, participar en grupos o asociaciones, hacer voluntariado, etc.
- Actividades culturales: como ir al cine, al teatro, a un museo, a una exposición, etc.
- Actividades recreativas: como ver la televisión, escuchar música, jugar a las cartas, al dominó, al bingo, etc.
- Actividades creativas: como pintar, dibujar, hacer manualidades, tocar un instrumento, cantar, etc.
Para fomentar la participación e implicación de las personas mayores en actividades, se puede:
- Ofrecerles opciones y alternativas, y dejar que elijan las que más les gusten o se adapten a sus necesidades y posibilidades.
- Animarles a probar cosas nuevas, a salir de la rutina, a explorar sus potencialidades y a descubrir sus talentos.
- Acompañarles, apoyarles y orientarles en la realización de las actividades, sin hacerlas por ellos, y adaptándolas a su nivel y a sus circunstancias.
- Proporcionarles los recursos, los materiales y las ayudas técnicas necesarias para facilitarles el acceso y la ejecución de las actividades.
- Fomentar su interacción y su relación con otras personas, tanto de su edad como de otras generaciones, que compartan sus intereses, sus gustos o sus objetivos.
- Respetar sus preferencias, sus motivaciones, sus ritmos y sus tiempos, y evitar presionarles, obligarles o forzarles a hacer algo que no quieran o no puedan.
Cuidar su aspecto físico y su salud mental
Un tercer aspecto que influye en la autonomía y la autoestima de las personas mayores es el cuidado de su aspecto físico y su salud mental. El aspecto físico se refiere a la imagen que las personas mayores tienen de sí mismas, y que proyectan a los demás. La salud mental se refiere al estado emocional y psicológico de las personas mayores, y a su capacidad de afrontar las situaciones que se les presentan.
Ambos aspectos están relacionados, ya que el aspecto físico puede influir en la salud mental, y viceversa. Por ejemplo, una persona mayor que se siente atractiva y cuidada, puede tener una mayor autoestima y una mejor actitud ante la vida. Por el contrario, una persona mayor que se siente descuidada y desaliñada, puede tener una menor autoestima y una peor actitud ante la vida.
Por eso, es importante que las personas mayores cuiden su aspecto físico y su salud mental, para sentirse bien consigo mismas y con los demás. Para ello, se puede:
- Fomentar su higiene personal, su arreglo personal y su vestimenta, y ayudarles a elegir y a usar los productos, los accesorios y las prendas que más les favorezcan y les hagan sentir cómodos y seguros.
- Promover su alimentación equilibrada, su hidratación adecuada y su descanso suficiente, y ayudarles a seguir unas pautas y unos hábitos saludables que mejoren su salud y su calidad de vida.
- Estimular su expresión y su gestión emocional, su autoconocimiento y su autocontrol, y ayudarles a identificar, a nombrar, a aceptar y a regular sus emociones, tanto positivas como negativas.
- Facilitar su acceso y su seguimiento a los servicios y los profesionales sanitarios, tanto médicos como psicológicos, y ayudarles a cumplir con las indicaciones, los tratamientos y las revisiones que les correspondan.
- Prevenir y detectar posibles problemas o trastornos físicos o mentales, como la depresión, la ansiedad, el estrés, la demencia, etc., y buscar la ayuda y el apoyo adecuados para su diagnóstico y su intervención.
Conclusión
La autonomía y la autoestima son dos aspectos esenciales para el bienestar de las personas mayores, que pueden verse afectados por diversos factores a lo largo de la vida. Por eso, es importante fomentarlos desde el ámbito familiar y profesional, mediante el reconocimiento y la valoración de sus capacidades y logros, el fomento de su participación e implicación en actividades, y el cuidado de su aspecto físico y su salud mental. De esta forma, se contribuye a mejorar la dignidad, el respeto y la calidad de vida de las personas mayores, y a favorecer su felicidad y su satisfacción personal.