Cuidar a un anciano puede ser un desafío, especialmente cuando la persona mayor se resiste a recibir ayuda. Esta situación es más común de lo que parece, y puede deberse a una combinación de factores emocionales, físicos y psicológicos. Comprender la raíz del problema y manejarlo de manera empática es clave para asegurar el bienestar del mayor y facilitar la relación entre él o ella y la familia o los cuidadores.
En el artículo de hoy, desde Innova Asistencial te explicaremos qué hacer cuando un mayor no se deja cuidar y cómo abordar esta delicada situación.
Pasos a seguir para ayudar a nuestros mayores a cuidarse
Cuando las personas mayores no se dejan ayudar debemos mantener una actitud positiva, paciente y amable con ellos. A continuación, te contamos algunos consejos para que puedas manejar la situación correctamente:
Entiende las razones detrás de la resistencia
Lo primero que debes hacer cuando una persona se resiste a recibir cuidados es intentar comprender por qué actúa de esa manera. Las personas mayores pueden tener varias razones para negarse a la ayuda, como:
- Pérdida de independencia: A menudo, aceptar cuidados es visto por los adultos como una pérdida de autonomía. Pueden sentir que ya no son capaces de cuidarse a sí mismos, lo que puede generar sentimientos de frustración y tristeza.
- Miedo al cambio: Los ancianos suelen resistirse a los cambios en su rutina diaria, especialmente si estos implican la llegada de un cuidador o un cambio en su hogar.
- Problemas de salud mental: Condiciones como la demencia, la depresión o el Alzheimer pueden hacer que no comprendan por qué necesitan cuidados o reaccionen con desconfianza hacia los cuidadores.
- Preocupaciones económicas: Algunos mayores se preocupan por el coste de los cuidados o sienten que son una carga financiera para su familia.
Comprender estas razones te permitirá abordar el problema con empatía y tomar decisiones más informadas sobre cómo proceder.
Mantén una comunicación abierta y empática
La comunicación es esencial para resolver la resistencia de un anciano a recibir cuidados. Es importante hablar de manera clara y honesta, siempre respetando sus emociones y preocupaciones. Algunas estrategias de comunicación incluyen:
- Escucha activa: Pregunta a la persona mayor qué es lo que le preocupa y escúchala sin interrumpir ni juzgar. A veces, el simple hecho de expresar sus miedos puede hacer que la persona se sienta más tranquila y dispuesta a aceptar ayuda.
- Explícales los beneficios: En lugar de centrarte en lo que la persona “ya no puede hacer”, háblale de los beneficios que obtendrá al aceptar cuidados, como mejorar su bienestar, mantener su seguridad y facilitar su vida diaria.
- Involúcralo en las decisiones: Haz que la persona participe en la elección del cuidador o en las decisiones relacionadas con su rutina diaria. Sentirse parte del proceso puede ayudarlo a aceptar la situación con mayor facilidad.
- Habla en momentos tranquilos: Evita tocar el tema cuando la persona esté molesta o estresada. Escoge momentos tranquilos y relajados para discutir sobre sus necesidades y posibles cuidados.
Empieza de forma gradual
Si el anciano está especialmente resistente, una buena estrategia es comenzar con pequeños cambios en lugar de implementar un cuidado completo de golpe. Por ejemplo:
- Introduce la ayuda para tareas que no sean invasivas, como la limpieza del hogar o las compras. A medida que la persona se sienta más cómoda con la presencia del cuidador, puedes ir añadiendo otros aspectos del cuidado, como la ayuda en la higiene personal o la administración de medicamentos.
- Opta por cuidados a domicilio para que la persona no sienta que pierde el control de su espacio y su vida. La familiaridad de su hogar puede hacer que se sienta más seguro y dispuesto a aceptar ayuda.
Establece una red de apoyo familiar
El cuidado de los ancianos no debe recaer únicamente en una persona. Si es posible, crea una red de apoyo con otros familiares que puedan compartir las responsabilidades del cuidado. Esto puede ayudar a evitar la sobrecarga de una sola persona y hacer que la persona se sienta más acompañado por seres queridos.
En algunos casos, la resistencia de los ancianos se reduce cuando ven que sus familiares están involucrados en su cuidado y no dependen exclusivamente de un cuidador profesional.
Busca ayuda profesional en mediación familiar
Cuando la resistencia es muy fuerte y genera tensiones familiares, puede ser necesario recurrir a la mediación familiar. Un mediador profesional especializado en el cuidado de personas mayores puede ayudar a que todas las partes involucradas, incluyendo a la persona dependiente, lleguen a un acuerdo sobre las mejores opciones de cuidado.
La mediación familiar es especialmente útil cuando hay desacuerdos entre los miembros de la familia sobre cómo cuidar al anciano o cuando el anciano siente que sus deseos no están siendo respetados.
Considera la ayuda psicológica
En algunos casos, la resistencia a recibir cuidados puede estar vinculada a problemas emocionales o psicológicos más profundos. La depresión, la ansiedad o el miedo a la muerte pueden manifestarse en forma de rechazo al cuidado. Si notas que la persona muestra signos de problemas de salud mental, como cambios bruscos de humor, aislamiento social o tristeza persistente, es recomendable buscar la ayuda de un profesional en salud mental.
Un psicólogo o psiquiatra puede ayudar a la persona mayor a procesar sus emociones y a aceptar la idea de recibir ayuda de manera más positiva.
No lo fuerces
Es importante recordar que forzar a una persona a aceptar cuidados en contra de su voluntad solo aumentará la resistencia y generará más conflicto. En lugar de imponer, lo ideal es que el proceso sea lo más consensuado posible. Si bien hay casos en los que la salud y seguridad de la persona requieren medidas más drásticas, es preferible que la persona sienta que tiene control sobre las decisiones que afectan su vida.
Evalúa las opciones de cuidado
Existen diferentes opciones de cuidado para personas mayores, y no todas las soluciones son adecuadas para todos los casos. Algunas alternativas incluyen:
- Cuidado a domicilio: Esta opción permite que la persona siga viviendo en su hogar, con el apoyo de un cuidador que le ayude en sus necesidades diarias.
- Residencias para mayores: Si la situación lo requiere, una residencia puede ser la mejor opción, especialmente si el anciano necesita cuidados médicos constantes. No obstante, esta opción suele generar más resistencia, por lo que es importante presentarla como una mejora en su calidad de vida, más que como una “pérdida de libertad”.
- Centros de día: Estos centros ofrecen atención diurna y permiten la persona regresar a su hogar por la noche. Es una buena opción intermedia para aquellos que necesitan cuidados durante el día, pero que no quieren abandonar su hogar por completo.
Ten paciencia
El proceso de adaptación de una persona mayor a recibir cuidados puede ser lento y requerirá mucha paciencia por parte de la familia y los cuidadores. Es importante no desanimarse ante las negativas iniciales y continuar trabajando en construir una relación de confianza con la persona mayor.
Cuidar a un anciano que no se deja ayudar puede ser un desafío emocional para todos los involucrados. Sin embargo, con paciencia, empatía y las estrategias adecuadas, es posible facilitar el proceso y asegurar que la persona reciba los cuidados que necesita. La clave está en la comunicación, la comprensión de sus miedos y la participación activa de la persona en las decisiones sobre su cuidado. Además, contar con apoyo familiar y profesional puede hacer una gran diferencia para lograr una solución armoniosa.
En Innova Asistencial nos preocupamos por el cuidado de nuestros mayores a todos los niveles, por eso ofrecemos un seguimiento continuo y garantía ilimitada. No dudes en contactar con nosotros para más información.