El 20 de noviembre se celebra el Día Mundial de la EPOC, este año 2019 con el lema “#NoLlegarNoEsNormal” donde hacen reflexionar a diferentes profesionales de la salud y las hacen ponerse en el lugar de una persona con EPOC.
Hablar de EPOC supone hablar de una enfermedad que afecta a 2,7 millones de personas en España y que provoca más de 15.000 muertes al año, siendo a nivel mundial la tercera causa de muerte.
Síntomas y causas más comunes de la EPOC
Sus siglas significan Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y se caracteriza por una reducción persistente en el flujo de aire. Los síntomas empeoran gradualmente y la disnea aumenta con el tiempo hasta aparecer en reposo. No siempre se llega a diagnosticar y como consecuencia puede ser mortal.
La enfermedad tiene una evolución lenta y se manifiesta a partir de los 40 o los 50 años de edad. Sus síntomas más frecuentes son la disnea (dificultad para respirar), la tos crónica y la expectoración (con mucosidad). A medida que la enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día como subir unos cuantos escalones o incluso las actividades cotidianas, pueden hacerse muy difíciles.
La EPOC puede presentarse en dos formas, bronquitis y enfisema, las cuales pueden darse de forma simultánea o una de ellas acabar derivando en la otra.
- Bronquitis crónica: el estrechamiento se va a producir por la inflamación de la mucosa bronquialy el aumento en la producción de moco.
- Enfisema: se produce daño o debilitamiento de los alveolos con una destrucción progresiva de los mismos y del tejido que los sujeta.
Si la enfermedad avanza con el tiempo se pueden presentan grandes quistes donde el aire queda atrapado en los pulmones debido a la falta de tejido de apoyo disminuyendo la oxigenación.
La causa de la enfermedad principalmente está asociada al tabaquismo, si bien nadie está libre de sufrir EPOC, podríamos decir que esta enfermedad es exclusiva de los fumadores. Cerca del 90% de personas que la padecen son o han sido fumadoras.
“El tabaco es el principal factor de riesgo para desarrollar una enfermedad como la EPOC, porque contiene grandes cantidades de toxinas, de las cuales más de 90 son consideradas cancerígenas. El tabaco contiene moléculas que impiden al pulmón funcionar correctamente y esto favorece la inflamación, particularmente en el paciente con EPOC”, ha indicado José Luis López-Campos.
Tratamiento general de la EPOC
La prevención supone el objetivo primario en la gestión de la EPOC, tanto para mejorar el estado de salud de quienes la padecen como para preservar los recursos sanitarios.
Hablar de EPOC supone hablar de una enfermedad que afecta a 2,7 millones de personas en España y que provoca más de 15.000 muertes al año, siendo a nivel mundial la tercera causa de muerte.
Síntomas y causas más comunes de la EPOC
Sus siglas significan Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y se caracteriza por una reducción persistente en el flujo de aire. Los síntomas empeoran gradualmente y la disnea aumenta con el tiempo hasta aparecer en reposo. No siempre se llega a diagnosticar y como consecuencia puede ser mortal.
La enfermedad tiene una evolución lenta y se manifiesta a partir de los 40 o los 50 años de edad. Sus síntomas más frecuentes son la disnea (dificultad para respirar), la tos crónica y la expectoración (con mucosidad). A medida que la enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día como subir unos cuantos escalones o incluso las actividades cotidianas, pueden hacerse muy difíciles.
La EPOC puede presentarse en dos formas, bronquitis y enfisema, las cuales pueden darse de forma simultánea o una de ellas acabar derivando en la otra.
- Bronquitis crónica: el estrechamiento se va a producir por la inflamación de la mucosa bronquial y el aumento en la producción de moco.
- Enfisema: se produce daño o debilitamiento de los alveolos con una destrucción progresiva de los mismos y del tejido que los sujeta.
Si la enfermedad avanza con el tiempo se pueden presentan grandes quistes donde el aire queda atrapado en los pulmones debido a la falta de tejido de apoyo disminuyendo la oxigenación.
La causa de la enfermedad principalmente está asociada al tabaquismo, si bien nadie está libre de sufrir EPOC, podríamos decir que esta enfermedad es exclusiva de los fumadores. Cerca del 90% de personas que la padecen son o han sido fumadoras.
“El tabaco es el principal factor de riesgo para desarrollar una enfermedad como la EPOC, porque contiene grandes cantidades de toxinas, de las cuales más de 90 son consideradas cancerígenas. El tabaco contiene moléculas que impiden al pulmón funcionar correctamente y esto favorece la inflamación, particularmente en el paciente con EPOC”, ha indicado José Luis López-Campos.
Tratamiento general de la EPOC
La prevención supone el objetivo primario en la gestión de la EPOC, tanto para mejorar el estado de salud de quienes la padecen como para preservar los recursos sanitarios.
La nueva actualización de la Guía Española de la EPOC (GesEPOC) , versión 2017, abre el camino hacia la aplicación de la medicina personalizada en la EPOC. Esta novedosa clasificación de los pacientes ayuda a decidir el tratamiento óptimo en función de cada perfil clínico.
Si bien no existe ninguna cura para la EPOC, sí que se puede señalar una serie de medidas que pueden aliviar los síntomas e impedir que vaya a más. Algunas de estas medidas son:
- Dejar de fumar: Es el primer paso que el paciente debe dar si quiere prevenir la aparición de agudizaciones. Si antes se mencionaba que esta enfermedad es exclusiva de los fumadores, salvo excepciones, es lógico señalar que la primera medida a adoptar para su tratamiento sea dejar el tabaco.
- Uso de medicamentos indicados para tratar la EPOC como los broncodilatadores antiinflamatorios para reducir la inflamación de las vías aéreas, determinados antibióticos o esteroides inhalados que ayuden a reducir la inflamación.
3. Ejercicio físico: una combinación de ejercicios de fuerza y resistencia tanto de miembros superiores como inferiores puede suponer una mejora en la calidad de vida del paciente. Además, es importante que dentro de todos los ejercicios, enseñemos a respirar de forma correcta al paciente y reforcemos los músculos respiratorios.
Entrenar los músculos que intervienen en el proceso respiratorio es imprescindible cuando hablamos de tratamientos para la EPOC.
El paciente y sus cuidadores tienen que jugar un papel activo y crucial en el proceso asistencial. Promover el autocuidado, la actividad física, un adecuado estilo de vida, la adhesión al tratamiento y el uso apropiado de los recursos.
SERGIO CASTILLA DOMÍNGUEZ
TERAPEUTA OCUPACIONAL